Joaquín Sabina - Assorted Songs


 

 


El bulevar de los sueños rotos

En el bulevar de los sueños rotos
vive una dama de poncho rojo
pelo de plata y carne morena
mestiza ardiente de lengua libre
gata valiente de piel de tigre
con voz de rayo y luna llena

Por el bulevar de los sueños rotos
pasan de largo los terremotos
y hay un tequila por cada duda
cuando Agustín se sienta al piano
Diego Rivera lápiz en mano
dibuja a Frida Khalo desnuda

Coro :
    Se escapó de una cárcel de amor
    de un delirio de alcohol de mil noches en vela
    Se dejó el corazón en Madrid
    quien supiera reir como llora Chabela

Por el bulevar de los sueños rotos
desconsolados van los devotos
de San Antonio pidiendo besos
"ponme la mano aqui Macorina"
rezan tus fieles por las cantinas
paloma negra de los excesos

Por el bulevar de los sueños rotos
moja una lágrima antiguas fotos
y una canción se burla de un miedo

Las amarguras no son amargas
cuando las canta Chabela Vargas
y las escribe un tal Jose Alfredo

(Coro)

Las amarguras no son amargas
cuando las canta  Chabela Vargas
y las escribe un tal Jose Alfredo

(Coro)

Por el bulevar de los sueños rotos


El blues de lo que pasa en mi escalera

El más capullo de mi clase (¡que elemento!)
llegó hasta el Parlamento
y, a sus cuarenta y tantos años,
un escaño
decora, con su terno
azul de diputado del gobierno.
Da fe de que ha triunfado
su tripa, que ha engordado
desde el día
que un ujíer le llamó "su señoría"
y cambió a su mujer por una arpía
de pechos operados.
Y sin dejar de ser el mismo bruto
aquel que no sabía
ni dibujar la "o" con un canuto.
El superclase de mi clase (¡que pardillo!)
se pudre en el banquillo
y, a sus cuarenta y cinco abriles
matarile,
y a la cola del paro
por no haber pasado por el aro.
Vencido, calvo y tieso
se quedó en los huesos
aquel día
que pilló a su mujer en plena orgía
con el miembro del miembro (¡que ironía!)
más tonto del Congreso.
Y sin dejar de ser el mismo sabio
que, para hacer poesía,
sólo tenía que mover los labios.
Y yo que no soy más
listo ni tonto que cualquiera,
a mis cuarenta y pocos tacos,
ya ves tú,
igual sogo de flaco
igual de calavera,
igual que antes de loco por cantar
por cantar el blues
de lo que pasa en mi escalera.
La más maciza de mi clase (¡que cintura!)
cotiza la hermusora
y, a sus cuarenta y pico otoños,
hasta el moño
del genio del marido,
huyó con otro menos aburrido.
Tanto ha prosperado que un Jaguar ha estrenado
el mismo día
en que la divorció de la utopía
un talón con seis ceros que le había
firmado un diputado.
Y sin dejar de ser la seductora
bruja que escondía
bajo la falda una calculadora.
Y yo, pobre mortal,
que no he gozado sus caderas,
a mis cuarenta y pocos tacos,
ya ves tú,
igual sogo de flaco
igual de calavera,
igual que antes de loco por cantar
por cantar el blues
de lo que pasa en mi escalera.
Por lo demás ni más
ni menos larga que cualquiera
a mis cuarenta y pocos tacos,
ya ves tú,
igual sogo de flaco
igual de calavera,
igual que antes de loco por cantar
por cantar el blues
de lo que pasa en mi escalera,
por cantar el twist
de las verdades verdaderas.
Por cantar... el bolero que canta mi portera.
Por cantar... una rumba gitana y canastera.
Por cantar... aquel tango de "el día que me quieras".
Por cantar... "loco por incordiar" a los horteras.
Por cantar... bajo la lluvia, sobre las aceras.
Por cantar... el rap del daño que hacen las banderas.
Por cantar... vallenatos que amansen a las fieras.
Por cantar... hasta que salga el sol por Antequera.
Por cantar... con mi primo Rosendo a su manera
de vivir... siempre con gente, siempre solateras.
Por cantar... el rock and roll de las gasolineras.
Por cantar... un merengue pegado a una palmera.
Por cantar... camino de La Habana una habanera.
Por cantar... un mambo con smoking y chistera.
Por tocar... esa guitarra carabanchelera.
Por cantar... hoy en Pekín, mañana en Talavera.
Por cantar... el "bugui-bugui" de las carreteras.
Por cantar... allá en el rancho grande una ranchera.
Por cantar... como si el almanaque no existiera.
Por seguir... dando el cante hasta el día en que me muera.
Por cantar... un calipso contra la "ley Corcuera".
Por cantar... si pones otra ronda, tabernera.
Por cantar... en la calle, en el curro, en la bañera.
Por cantar... menos un bakalao lo que quieras.
Por silbar... al paso de una guapa peluquera. 


LLueve sobre mojado (Con Fito Páez)

(Fito:)
Hay una lagrima en el fondo del río
de los desesperados,
Adán y Eva no se adaptan al frío
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
ya no sabe a pecado,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

(Joaquin:)
Al asesino de la cola del cine
"El Padrino II" le ha decepcionado,
Los violadores huyen de los jardines, 
Llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
sueños equivocados, 
Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

(Fito: )
Y, después de llover,
Un relámpago va
deshaciendo la oscuridad
con besos, que antes de nacer, 
morirán.

(Joaquin:)
Ayer Julieta denunciaba a Romeo,
Por malos tratos, en el juzgado,

(Fito:)
cuando se acuestan la razón y el deseo
llueve sobre mojado.
Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
cosas de enamorados,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

(Fito:)
La última guerra fue con mando a distancia,
el dormitorio era un vagón de soldados
(Joaquín:)
por más que llueva y valga la redundancia,
llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
uno y uno son demasiados,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado.

(Fito:)
Y, al final, sale un sol
incapaz de curar
las heridas de la ciudad,
Y se acostumbra el corazón
a olvidar.

Dormir contigo es estar solo dos veces,
es la soledad al cuadrado,
todos los sábados son martes y trece,
todo el año llueve sobre mojado.

Bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
cada cual por su lado,
bla, bla, bla, bla, bla, bla, bla,
llueve sobre mojado
llueve sobre mojado
llueve sobre mojado

Y... colorín colorado,
este cuento se ha terminado. 

llueve sobre mojado
llueve sobre mojado
llueve sobre mojado


La del pirata cojo

No soy un fulano
con la lágrima fácil,
de esos que se quejan sólo por vicio.
Si la vida se deja yo le meto mano
y si no aún me excita mi oficio,
y como además sale gratis soñar
y no creo en la reencarnación,
con un poco de imaginación
partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas,
a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel
de todos los hombres
que nunca seré:

Al Capone en Chicago
legionario en Melilla
pintor en Montparnasse.
Mercenario en Damasco
costalero en Sevilla
negro en Nueva Orleans.

Viejo verde en Sodoma
deportado en Siberia
sultán en un harén.
¿Policía? ni en broma
triunfador de la feria
gitanito en Jerez.
Tahur en Montecarlo
cigarrillo en tu boca
taxista en Nueva York.

El más chulo del barrio
tiro porque me toca
suspenso en religión.
Confesor de la reina
banderillero en Cádiz
tabernero en Dublín.

Billarista a tres bandas
insumiso en el cielo
dueño de un cabaret.
Arañazo en tu espalda
tenor en Rigoletto
pianista de un burdel.
Bongosero en la Habana
Casanova en Venecia
anciano en Shangri La.

Polizón en tu cama
vocalista de orquesta
mejor tiempo en Le Mans
Cronista de sucesos
detective en apuros
conservado en alcóhol.

Violador en tus sueños
suicida en el viaducto
guapo en un culebrón.
Morfinómano en China
desertor en la guerra
boxeador en Detroit.

Cazador en la India
marinero en Marsella
fotógrafo en Playboy.

Pero si me dan a elegir
entre todas las vidas, yo escojo
la del pirata cojo
con pata de palo
con parche en el ojo,
con cara de malo,
el viejo truhán, capitán
de un barco que tuviera 
por bandera
un par de tibias y una calavera


No soporto el rap

Hoy me he levantado con el pie contrario:
demasiada sangre en el telediario,
una sola carta tengo en el buzón,
la remite mi banco, ME DICE QUE NO;
mi mujer se ha largado con un abogado
que le paga los vicios, "QUE TE GANA LOS JUICIOS".

Y tú, ¿de qué vas? ¿a quién le llamas viejo?,
le digo al capullo de detrás del espejo;
yo soy un tipo duro con voluntad de hierro
que sale a la calle provocando al futuro.
Y pisa en la acera una cagada de perro,
y llego al trabajo pelín tarde y, el baranda,
con una patada en el culo me manda al carajo.

Y dice el coro: "M'ALEGRO, P'ALANTE
LA COLA DEL PARO NO ES PARA CANTANTES".

Así que me dirijo a la consulta del foniatra
que me dice que nunca seré Frank Sinatra.
Y salgo vencido otra vez a la noche
y la puta grúa se ha llevado mi coche.

Para celebrarlo me pido otra copa
y una coleguita vomita en mi ropa;
y llueve, y un taxi que parece un barco
me arrolla y me deja sentado en un charco.

Y a trancas y barrancas llego hasta el casino
a tentar al destino en forma de ruleta,
y el destino me lo paga dejándome en bragas
apestando a vino y con catorce pesetas.

Y viendo que el planeta me tiene en jaque mate
decido montármelo solito en el váter
y, mientras me alivio de aquella manera,
me cojo tremendo pellizco en un huevo
con el cierre nuevo de la cremallera,
y noto de pronto unas molestas cosquillas
desde la bragueta hasta la coronilla:
¡y descubro que tengo ladillas!
y me rasco, y me afeito, y me corto
-solo me faltaba ya tener un aborto.
Coro de pringados: "ESTO ES DEMASIADO,
NO SOLO CORNUDO SINO APALEADO".

Y cuando decido terminar con esta mierda
a puntito de ahorcarme, me se rompe la cuerda
y, en lugar de alegrarme, me quedo con las ganas
de viajar al infierno por aquella ventana;
y dicen los del coro: "TODO UN CABALLERO
NO SALTA AL VACIO DESDE UN PISO PRIMERO"

Y a patita desemboco en la plaza de Santa Ana
para hacer barra fija en otra discoteca
infestada de guiris, bolingas, taquimecas,
y se arrima a mi vera una petarda faltona
diciendo que es amiga de Panchito Varona:
"Tienes pinta de buena persona
en busca de un poco de rollito canalla
¿VERDAD QUE ME VAS A INVITAR A UNA RAYA?"
"Ojalá tuviera, preciosa, te juro
por la gloria de mi madre que vengo sin un duro".
"Pero anima esa carita tan seria
que estás en tu noche de suerte, chaval".

Y, en mitad de un histérico ataque de histeria,
aterrizo en la pista sin poder escapar
del olor de los cuerpos
-SUDANDO, SUDANDO-
del calor de las luces
-GIRANDO, GIRANDO-
de mis piernas temblando,
de mi boca gritando: "Eso no,
eso no, por favor, ten piedad,
¿no comprendes que yo no sopor...,
no sopor...,
no soporto el rap,
no soporto el rap,
no sopor...,
no sopor...,
no soporto el rap?".


Enemigos íntimos

Prohibido prohibir,
celebramos una fiesta
rompan copas que la orquesta
se ha ensayado to'os los hits.
Joaquín no sabe cantar
yo sí que soy un cantante,
pero en rimas consonantes
si me extrañas mándame un fax.
Enemigos íntimos del cálculo y la norma
usureros del peligro y el azar,
vamos a invitarlos a escaparnos de las sombras
y, si no lo conseguimos, nos da igual.
La jet no sabe bailar
la esquina es más elegante
los de atrás vengan pa'lante
vamos a quemas la ciudad.
Prueben mi cocktail de gin
desilusión y bohemia
no hay controles de alcoholemia
y está prohibido prohibir.
Nos da igual,
no somos mas que dos canallas,
que no tiramos la toalla
si nos pasamos de la raya
nos echan a trompadas cada noche
los gorilas de algún bar.
Nos da igual
estar colgados de la luna
o enamorándonos de alguna
mademoiselle, excuse moi.
Enemigos íntimos del cálculo y la norma
usureros del peligro y el azar,
vamos a invitarlos a escaparnos
de las sombras
y, si no lo conseguimos, nos da igual.
Prohibido prohibir
celebramos una fiesta
hay barra llibre, yerba y la orquesta
que se sabe todos los hits:
"Ne me quitte pas", "Circo beat",
"Y jugar por jugar", "Let it be".
Prohibido prohibir
prohibido prohibir, prohibir
nos da igual
prohibido prohibir
prohibir prohibido.


A Mis Cuarenta Y Diez

A mis cuarenta y diez,
cuarenta y nueve dicen que aparento,
más antes que después,
he de enfrentarme al delicado momento
de empezar a pensar
en recogerme, de sentar la cabeza,
de resignarme a dictar testamento
(perdón por la tristeza).
Para que mis allegados, condenados
a un ingrato futuro,
no sufran lo que he sufrido, he decidido
no dejarles ni un duro,
sólo derechos de amor,
un siete en el corazón y un mar de dudas,
a condición de que no
los malvendan, en el rastro, mis viudas.
Y, cuando, a mi Rocio,
le escueza el alma y pase la varicela,
y, un rojo escalofrío,
marque la edad del pavo de mi Carmela,
tendrán un mal ejemplo, un hulla hop
y un D'Artacán que les ladre,
por cada beso que les regateó
el fanfarrón de su padre.
Pero sin prisas, que, a las misas
de réquiem, nunca fui aficionado,
que, el traje de madera, que estrenaré,
no está siquiera plantado,
que, el cura, que ha de darme la extremaunción,
no es todavía monaguillo,
que, para ser comercial, a esta canción
le falta un buen estribillo.
Desde que salgo con la pálida dama
ando más muerto que vivo,
pero dormir el sueño eterno en su cama
me parece excesivo,
y, eso que nunca he renunciado a buscar,
en unos labios abiertos,
dicen que hay besos de esos que, te los dan,
y resucitan a un muerto.
Y, si a mi tumba, os acercáis de visita,
el día de mi cumpleaños,
y no os atiendo, esperádme, en la salita,
hasta que vuelva del baño.
¿A quién le puede importar,
después de muerto, que uno tenga sus vicios...?
el día del juicio final
puede que Dios sea mi abogado de oficio.
Pero sin prisas, que, a las misas
de réquiem, nunca fui aficionado,
que, el traje de madera, que estrenaré,
no está siquiera plantado,
que, el cura, que ha de darme la extremaunción,
no es todavía monaguillo,
que, para ser comercial, a esta canción
le falta un buen estribillo.


Nos sobran los motivos "

Esta sala de espera sin esperanza,
estas pilas de un timbre que se secó,
esta mala ventura, esta contradanza,
este tráiler de mudanzas,
con los muebles del amor.

Esta campana herida en el campanario,
esta mitad partida por la mitad,
estos besos de Judas, este calvario,
este look de presidiario,
esta cura de humildad.

Este cambio de acera de tus caderas,
este payaso que ya no hace reír,
este arrabal sin grillos en primavera,
ni espaldas con cremallera,
ni anillos de presumir.

Este dulce de leche contaminado,
este perro andaluz sin domesticar,
este orgullo de principe destronado,

esta esquina del pecado,
esta ruina de Don Juan.

No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.

Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "Con Dios" a los dos
nos sobran los motivos.

Esta necesidad de necesitarte,
este llamarte sin quererte llamar,
este olvidarme del deber de olvidarte,
este lunes, este martes
y el miércoles que vendrá.

Esta lágrima de hombre de las cavernas,
esta horma del zapato de Barba Azul,
que poco rato dura la vida eterna
por el túnel de tus piernas
entre Córdoba y Maipú.

Esta guitarra húerfana y delirante,
con su terco knock knockin' on heaven's door,
estos dedos que dejan caer un guante,
delicado y transhumante,
a los pies de un trovador.

Este Land Rover aparcado en tu puerta,
la rueca de Penélope en el Luna Park,
este sueño que sueña que se despierta,
esta caracola muerta
sin la gramola del mar.

No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.

Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "Con Dios" a los dos
nos sobran los motivos.


Dieguitos y Mafaldas

Veinte años cosidos a retazos
de urgencias, disimulos y rutinas,
veinte años cumplidos, en mis brazos,
con la carne del alma de gallina.
Veinte años de príncipes azules
que se marchaban antes de llegar,
veinte tangos de Manzi en los baúles,
veinte siglos sin cartas de papá.
De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la niña de los ojos de la luna.
Los muchachos de "la doce" más violentos,
cuando la "junan", en la Bombonera,
le piden, a la Virgen de los Vientos,
que, le levante, a Paula, la pollera.
Veinte años de mitos mal curados
dibujando dieguitos y mafaldas,
veinte vidas hubiera yo tardado
en contar los lunares de su espalda.
Le debo una canción y algunos besos
que valen más que el oro del Perú,
sus huesos son sobrinos de mis huesos,
sus lágrimas los clavos de mi cruz.
De González Catán, en colectivo,
a la cancha de Boca, por Laguna,
va soñando -"Hoy ganamos el partido"-
la "jermu" que me engaña con la luna.
Alguna vez harán un monumento
los de la barra brava a mi "bostera",
y, una ermita, a la Virgen de los Vientos,
que, le levanta, a Paula la pollera.
De González Catán a Tirso de Molina, qué trajín,
de España a la Argentina, qué meneo
qué vaivén, qué ajetreo
qué mareo, qué ruina
¿y por culpa de quién?
del amor de una mina,
¿y total para qué?
si, al final, se rajó con un pibe,
que le prohibe a mi ex
ir a verme al Gran Rex,
cuando estoy de visita,
no sea que Paulita se ponga a llorar,
al oír su milonga,
no sea que a Paulita le dé por bailar,
al compás de la conga
y vuelva enfermita a González Catán
y no se reponga
y se ponga más loca de lo habitual,
bendita pollera,
menuda bandera para una canción
¡y que delantera!
aquel año Boca salió campeón,
de la Bombonera,
ninguna bostera se puede quejar
aunque le sobre razón, si
pinta rameras con el corazón
y con las caderas,
le toca a Palermo tocar el balón,
"la doce" se altera,
le toca al gallego tocar este son...
para una bostera
el año que Boca salió campeón,
en la Bombonera.